El GP de Japón de Aleix Espargaró, comprometido por un problema técnico.
En la economía de una temporada sin duda extraordinaria para Aprilia, el Gran Premio de Japón disputado en Motegi deja un sabor de boca amargo. Porque se daban las condiciones para una carrera de alto nivel: Aleix con ritmo de podio, los principales rivales en la lucha por el título en apuros y un Maverick preparado para dar el último paso en su camino de crecimiento con la RS-GP.
En cambio, la realidad de los fríos números nos habla de una oportunidad perdida. Un problema electrónico en la moto de Aleix durante la vuelta de formación le obligó a salir desde los boxes con la segunda RS-GP, comprometiendo efectivamente un fin de semana que había sido impecable hasta ese momento. Gracias a las discretas actuaciones de Quartararo y Bagnaia, la lucha por el campeonato mundial sigue muy abierta.
Ni siquiera Maverick puede estar plenamente satisfecho. El séptimo puesto, obtenido luchando desde la primera hasta la última vuelta, no da crédito a lo que Viñales ha mostrado en estos tres días. Pero, como señaló el piloto español, es parte del proceso de adaptación a una nueva moto y equipo.
Ambos tendrán una oportunidad inmediata de redimir el fin de semana japonés, dentro de menos de una semana en Buriram (Tailandia).
ALEIX ESPARGARÓ
«Hoy hemos tenido una gran oportunidad de recuperar puntos, porque he sido más rápido que mis rivales directos en el campeonato.
»Desde este punto de vista, el problema de la moto en la vuelta de formación nos ha penalizado mucho. Lo siento, es inútil ocultarlo, no puedo decir que esté contento, pero somos un equipo y tenemos que recordarlo en estas ocasiones.
»Hemos luchado mucho, juntos, para llegar a este nivel y lo intentaremos hasta la última vuelta de la última carrera».