Inscrito en la categoría Original by Motul, el objetivo de Frédéric Barlerin, no es otro que llegar a la meta final.
A diez kilómetros del ASS, cuando el sol mira hacia las orillas del Pacífico, periodistas y cámaras levantan el campamento de la zona de entrevistas. Aunque algunos aún se las ven y desean en la última especial, el grueso de los equipos ya ha completado el último enlace hacia el vivac.
Tras salir del embrollo, Frédéric Barlerin decide tomarse su tiempo. Recubierto de arena y polvo, el oriundo de la Borgoña detiene su KTM frente a un grupo de espectadores. Tras estrecharles la mano y posar para la foto, da un trago y come un bocado. Frédéric, que se estrena en el Dakar, está decidido a saborear cada instante. “Es importante recuperar fuerzas antes del largo enlace que nos espera”, explica. Aunque el rally no ha hecho más que empezar este valiente no logra disimular su fascinación. “Ha sido una bajada preciosa hacia el Pacífico. Soñaba al venir hacia aquí con un fabuloso terreno off road con ascensiones imposibles y paisajes de infarto… Y lo que he visto no me ha decepcionado.” Están los paisajes y, por supuesto, la gente. “El fervor de los espectadores es increíble, están por todas partes. Hay muchas mujeres entre los aficionados. Es fantástico. Me recuerda cuando tenía 7 años y veía las imágenes del Dakar en la tele.”
Por el momento, los únicos percances para el piloto han sido un faro roto y un depósito trasero con problemas de trasvase hacia la parte delantera. Problemillas que sin duda resolverá a su llegada al vivac.