La Crossfire 500 es una musculosa naked de media cilindrada, que presenta un estilo neo-retro como nos tiene acostumbrados la firma.
Brixton es una marca perteneciente al grupo austriaco KSR Motorcycles que hasta el momento se había especializado en modelos clásicos de 125 cc y 250 cc, pero que ha decidido ampliar sus fronteras con la Crossfire 500.
Brixton nos ofrece esta nueva motocicleta en 2 versiones la Crossfire 500 (modelo de nuestra prueba) que tiene una orientación totalmente asfáltica con un precio de 5.999 euros y la Crossfire 500 X una scrambler con neumáticos mixtos, manillar más ancho, asiento plano, escape en negro, portamatrículas en posición convencional y un precio de 6.199 euros.
Potencia de 48 CV a 8.500 rpm.
Vamos a empezar con la protagonista de nuestro reportaje la Crossfire 500, una motocicleta que cumple perfectamente todas las expectativas de una naked de media cilindrada, ofreciendo un musculoso motor bicilíndrico, con un conjunto de chasis, frenos y suspensiones que nos permiten devorar todo tipo de carreteras a buen ritmo, y con una facilidad de conducción innata.
Estética
Estéticamente hablando la Crossfire 500 ofrece un diseño germánico, donde destaca el depósito de combustible, que unas grandes aristas dibujan en sus laterales una “X”, que es la distinción de Brixton.
El asiento en su parte delantera sube hacia el depósito, mientras que su parte trasera termina en un puntiagudo colín, en cuya parte inferior va situado el pequeño piloto trasero.
El redondo faro delantero esgrime unas buenas dimensiones con luz LED diurna, al igual que los intermitentes. Los espejos retrovisores lucen un bonito diseño pero es difícil encontrar el punto ideal para tener una buena visión a través de ellos.
Por su parte el manillar gracias a sus amplias dimensiones permite un control perfecto del tren delantero, nuestras piernas abrazan el depósito, mientras que las estriberas delanteras quedan a la medida ideal para lograr una buena posición para afrontar kilómetros.
Las ruedas son de radios y todo el sistema de escape está fabricado en acero inoxidable con el silencioso en forma de megáfono, a destacar también el bien diseñado porta-matrículas que queda suspendido en la rueda trasera.
El cuadro de instrumentos está compuesto por una sola esfera digital con el fondo negro que nos indica las revoluciones del motor, marcha engranada, velocímetro, totalizador kilométrico, temperatura motor, nivel de combustible y reloj horario, aparte disponemos de los chivatos luminosos de aceite, inyección, ABS, carga batería, alarma temperatura refrigerante, intermitentes, luz larga y neutral, una buena cantidad de información a pesar de su tamaño minimalista.
Brixton ha dotado a la Crossfire 500 de componentes de alta calidad para conseguir la máxima efectividad en la conducción.
Así todo el sistema de frenado esta firmado por el renombrado fabricante español J. Juan (proveedor oficial de la Kawasaki del Mundial de Superbike), con un gran disco delantero de 320 mm con pinza radial y un disco trasero de 240 mm, ambos trenes dotados de ABS Bosch, consiguiendo una frenada realmente eficaz bajo cualquier circunstancia.
Las suspensiones están firmadas por la prestigiosa firma Kayaba, con una horquilla delantera invertida regulable en compresión y el monoamortiguador trasero regulable en rebote y precarga.
Con ello la Crossfire 500 ofrece un confort excelente tanto por ciudad como por carretera, consiguiendo un gran aplomo de la moto, incluso en carreteras bacheadas.
Los neumáticos son Pirelli con medidas 120/70-17” delante y 160/60-17” detrás, que ofrecen un agarre en curvas de alta nota.
El corazón que mueve a la Brixton Crossfire 500 es un bicilíndrico en paralelo de origen Honda con 8 válvulas y doble árbol de levas, refrigerado por líquido y alimentado por inyección electrónica que ofrece una potencia de 48 CV a 8.500 rpm., para poder ser accesible con el carné A2.
Motor y conducción
Su motor ofrece una potencia muy controlable en sus 6 marchas, con una tracción a nivel de un bicilíndrico en V, que nos permitirá afrontar las curvas con seguridad y con una rapidez endiablada.
A pesar de disponer de un peso de 180 kg., la Crossfire 500 se mueve bien incluso en parado, gracias a un asiento situado a 795 mm del suelo que nos permite apoyar bien los pies en el suelo.
Una vez en marcha el escape emite un sonido bronco que nos hace sentir el rugir del bicilíndrico, engranamos marcha y nos percibimos de su facilidad de conducción, tanto el embrague como las marchas son suaves y efectúan su función perfectamente.
Ello hace que la conducción en ciudad y carretera sea realmente deliciosa, si abrimos gas el motor responde bien con contundencia, pero sin notar en ningún momento que la moto se nos escapa de las manos.
Otro punto a destacar es su capacidad para mantenernos atados al asfalto, incluso en conducción deportiva, donde notamos que formamos un conjunto con la motocicleta.
La Crossfire 500 consigue una velocidad cercana a los 160 km/h, aunque la falta total de protección aerodinámica hace que a partir de los 120 km/h notemos la presión del viento en nuestro cuerpo.
Con todo ello la Brixton Crossfire 500 se ha mostrado como una moto perfecta para todo tipo de conductor y para todo tipo de uso, con una buena capacidad rutera a la vez que deportiva, gracias a la tracción que nos ofrece su motor y al aplomo que demuestran su chasis, suspensiones y neumáticos, añadiéndole un precio realmente atractivo que la convierte en una de las mejores naked de media cilindrada del mercado.
Cilindrada: 486 cc
Potencia: 48 CV a 8.500 rpm.
Refrigeración: líquida
Alimentación: inyección electrónica
Freno delantero: disco 320 mm con ABS
Freno trasero: disco de 240 mm, con ABS
Neumático delantero: 120/70-17”
Neumático trasero: 160/60-17”
Suspensión delantera: horquilla invertida Kayaba
Suspensión trasera: monoamortiguador Kayaba
Consumo: 4 l/100 km
Altura asiento: 795 mm
Peso: 180 kg.
Precio: 5.999 euros (Crossfire 500)/ 6.199 euros (Crossfire 500 X)
