El motor de aire comprimido utiliza el aire como combustible, no contamina y su combustible tiene coste «0».
Para sustituir el petróleo, ya hace años que se miran de buscar motores alternativos, como los eléctricos, los solares y de célula de hidrógeno, pero muchas veces los problemas más importantes se resuelven con soluciones sencillas, este es el caso del motor de aire comprimido, un motor que utiliza como combustible, un elemento que siempre tenemos a nuestro alrededor: el aire.
El funcionamiento de un motor de este tipo es bien sencillo, conseguir comprimir al máximo el aire, para que tenga la fuerza suficiente como para mover el vehículo.
Por lo tanto su funcionamiento consta de 3 fases: compresión, inyección y expansión.
Explicaremos brevemente estos procesos:
– Compresión: el aire es comprimido a unos 20 bares, aumentando su temperatura hasta los 400º
– Inyección: se inyecta aire comprimido a temperatura ambiente, mediante bombas de presión de unos 300 bares, en el momento en que el pistón se encuentra en la posición en que ejerce la máxima presión con el aire al mínimo volumen.
– Expansión: el aire comprimido inyectado provoca un aumento de la presión en el cilindro, haciendo que se provoque una expansión, que obliga a empujar el pistón.
En palabras más fáciles, el aire es comprimido aumentando su temperatura, y posteriormente al introducirse aire a temperatura ambiente, se provoca un enfriamiento que provoca un aumento de presión que hace mover el pistón.
Evidentemente este tipo de motores, tienen un gasto de mantenimiento muy bajo y ningún tipo de emisión contaminante después de todo el proceso.
De todos modos también debemos comentar que tenemos inconvenientes, como las botellas para almacenar el aire comprimido que hacen aumentar el peso del vehículo, la influencia de la humedad es muy negativa en su funcionamiento y la energía necesaria para comprimir el aire es más elevada que en los motores eléctricos, todos esto son factores en contra de este tipo de motor.
Si ya nos adentramos en el mundo de las dos ruedas encontramos unos cuantos ejemplos de aplicación de este motor en motocicletas, desde modelos totalmente artesanales, hasta otros realizados en Universidades, con un diseño y tecnología mucho más cuidadoso.
Por ejemplo tenemos el caso del inglés Jen Stansfield, que utilizó un Puch vieja para patentar su invento, el funcionamiento de este es muy sencillo, acumulamos aire a presión en un depósito y después lo dejamos salir en la medida que nosotros queramos mediante una válvula de apertura, dos motores rotativos transforman la energía que proviene del aire comprimido para mover la rueda trasera.
Este prototipo coge una velocidad máxima de 25 km/h y dispone de una autonomía de 11 kilómetros, muy poco para un uso diario.
En 2005, el ingeniero Uruguay Armando Regusci inventó un ciclomotor de aire comprimido que podía ser comercializado, su consumo era de 0,16 dólares por kilómetro, a un precio de venta de 600 dólares, pero el proyecto no tuvo el éxito que esperaba su inventor.
Los diseñadores franceses Charles Edouard Berché, Ugo Spagnolo, Adrien Fuinesl, Frédéric Dobbelstein y Jean Philippe París realizaron una motocicleta que funciona con aire comprimido y que responde al nombre de Saline Bird.
Esta especial motocicleta está realizada en fibra de carbono, de momento tan sólo es una concept bike que no sabemos si podrá llegar a la serie.
El Instituto Francés de Diseño ha creado una motocicleta propulsada por aire comprimido que está destinada a las pruebas cronometradas de velocidad en el lago salado de Bonneville.
Esta motocicleta llamada Saline Airstream, dispone de una mecánica alimentada por un compresor de aire y tres tanques con una capacidad de 27 litros.
El chasis está fabricado en aluminio y magnesio, tiene un peso de tan sólo 102 kilos, los componentes también son de lo mejorcito, llantas Avon, frenos Beringer y suspensiones Fournales.
Encontramos dos versiones una con carenado y la otra sin carenado, pues bien según los estudios realizados parece ser que la versión carenada podría llegar hasta los 200 km h, propulsada por aire comprimido.
De todos modos la moto de aire comprimido más famosa es la «O2 Pursuit», esta motocicleta ha sido diseñada por el estudiante australiano Dean Benstead que la presentó en un concurso de diseño industrial de la Universidad RMIT de Melbourne.
A diferencia de las otras motos que hemos visto en este reportaje, la «O2 Pursuit» es una motocicleta de montaña que cuenta con un motor rotativo de aire comprimido de 10 kilos de peso, dispone de una botella de aire de 18 litros con el chasis de la Yamaha WR-250 que el fabricante japonés cedió para desarrollar este prototipo que es capaz de alcanzar una velocidad de 100 km/h.
Benstead consiguió ganar el concurso y ha apuntado que el siguiente paso, es conseguir más velocidad y menos peso utilizando en su construcción aluminio y titanio.
Otro prototipo es el llamado «Greem Speed Air Powered Motorcycle», desarrollado por el profesor Edwin Yi Yuan y un equipo de estudiantes de diseño.
Este modelo de motocicleta de aire comprimido, se ha construido utilizando una vieja Suzuki GP100 de la década de los ’70, se eliminó el depósito de gasolina, el motor, la caja de cambios y tan sólo se aprovecharon el chasis, las ruedas y los frenos.
El motor que mueve esta curiosa moto deportiva de aire comprimido es invención del ingeniero Angelo di Pietro, dispone de dos tanques de aire y puede llegar hasta las 10.000 vueltas.
Unos estudiantes de la Universidad Politécnica de Guru Nanak Dev (India), han hecho un ciclomotor que utiliza aire comprimido, puede coger velocidades medias de 20:25 km/h.
De momento todo son prototipos, pero posiblemente en un futuro podamos ver motocicletas movidas por aire comprimido.