Salvador Cañellas: la historia de la primera victoria española

Salvador Cañellas, primer español que ganó en el Mundial, narra su historia en motogp.com.

El 5 de mayo de 1968,  fue un día histórico para el motociclismo español: Salvador Cañellas consiguió la primera victoria de España en el Campeonato del Mundo. El Mundial aterrizaba en Montjuic en una mañana soleada de domingo: normalmente Bultaco no seguía el Campeonato del Mundo, pero en Barcelona hacía una excepción. Salvador Cañellas contaba con su Bultaco TSS 125,una moto y un piloto que “no estaba entre los favoritos”.

En esa época, la lucha clásica en la que competían las marcas europeas (Bultaco, MZ, Ducati…) había dejado paso a la llegada de los japoneses, con innovaciones técnicas. Cañellas salía 4.º, por detrás del poleman Phil Read (Yamaha), de Bill Ivy (Yamaha) y de Kent Anderson (MZ).

La carrera: “Las dos Yamaha salieron en otra galaxia y me situé tercero. Me puse a liderar el grupo de atrás, vi a una Yamaha caer en el Pueblo Español y a otra más tarde. Conseguí un ritmo muy regular: los tiempos, teniendo en cuenta la moto que llevaba, eran buenos. Acabé ganando”.

La peligrosidad de su época: “No había arcenes, había bloques de paja. El riesgo era grande y las distancias entre nosotros también eran peligrosas: lo malo era cuando te dabas contra algo. Cada vez que te caías, te hacías daño. Los monos de piel no eran los de ahora: eran muy finos porque se trataba de pesar lo mínimo posible; la única protección era una doble piel. Yo era muy impulsivo al principio, pero aprendí a caerme menos”.

Sobre Ángel Nieto: “También corrió conmigo esa carrera. Cuando se vino a vivir a Barcelona, quedamos para ir con motos pequeñas al Montseny. Él entró en Derbi porque era pequeño y ligero: en 50cc buscaban que pesara muy poco. En cuanto a la conducción, (Nieto) era muy malo al inicio: después, con las participaciones fue mejorando. Se iba fijando en cómo lo hacían los demás, porque no había sitios para aprender. Viví la evolución de Ángel Nieto”.

La igualdad de hoy en día: “Ahora el malo (el último) ya es bueno, pero antes el malo era más malo. La mecánica ha evolucionado mucho. Las motos aguantan mucho más que antes, frenan muy bien y los motores tienen más ‘curva’. Antes también había más roturas”.

El contacto en las carreras: “La disputa ha existido toda la vida, pero antes estaba moralmente prohibido tocarse. No era normal. No se entendía. Las carreras se dividían en muchos grupos de 2 o 3 pilotos. Ahora hay grupos más grandes, pero hacían lo posible para no tocarse, no como ahora, que a veces se tocan y se sacan de pista”.

La profesionalización del piloto: “Yo me acuerdo que cuando gané, me entrevistaron varios periódicos deportivos. También me acuerdo lo que ganaba. Quizás hubiese tenido que nacer 50 años más tarde (se ríe). Tenía una prima de salida, las marcas pagaban un kilometraje para ir a correr y el grueso eran los premios por resultado. Por esta victoria, me dieron 12.000 pesetas y un abrazo de Bultaco”.

Sigue corriendo: “Me voy a correr a Francia con mi amigo Pere, que me deja una Honda de 250cc y 4 cilindros. Nos vamos a correr al Mont Ventoux. Además, con los hermanos Aragall, nietos de los fundadores de Mymsa, suelo hacer alguna carrera con motos clásicas por la zona de Valencia”.

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